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     (FRAGMENTOS,
    PRESENTACIÓN OBRA)   RECITAL
    DE SENSACIONES Santiago
    Salcedo   Presentación a la publicación de este libro de poemas.   Sala de actos del
    C. C. Pati Llimona Barcelona 1995   Presenta: Pepita Altés del grupo de teatro Disbauxia.   Santiago nace en
    Aragón, la tierra noble, donde cursa estudios de Humanidades y Filosofía en
    el Seminario Conciliar Santa Cruz de Huesca. Desde temprana edad inicia una
    trayectoria de estudio e investigación en temas filosóficos, para partir
    más tarde rumbo a lo desconocido, movido por la curiosidad, en un largo
    peregrinar por medio mundo, enriqueciéndose de culturas variopintas, de
    estilos diversos de entender la vida y de vivirla, frecuentando ambientes
    culturales, en distintas capas sociales, intentando comprender y aceptar lo
    bueno y lo malo de cada una de ellas.   Escribe, pinta,
    estudia constantemente y con esa tenacidad que le caracteriza persiste en
    su búsqueda por encontrar explicaciones lógicas a conceptos filosóficos,
    encerrándose horas y horas a solas, escribiendo sus descubrimientos y
    guardándolos después celosamente.           Paralelamente a
    este trabajo, Santi va dejando a su pasos pistas que nos descubren tras esa
    imagen de estudioso introvertido, a la persona preocupada por los temas
    sociales del ciudadano de a pie con el que se ha cruzado en los distintos
    países que ha visitado, por los temas que le afectan, las políticas que le
    oprimen, las costumbres que le condicionan y fruto de esta preocupación
    nacen una buena colección de poemas, y escritos, totalmente inéditos hasta
    ahora, que quizás lleguen a  ver la
    luz algún día.   Sigue
    sorprendiéndonos ese Santiago filósofo por convicción, profesor de
    profesión y vocación, cuando desde el fondo de esa alma, en cuya  existencia no cree, se nos muestra romántico
    y enamorado, describiendo sus sentimientos con naturalidad y sencillez,
    dando a conocer sus sensaciones que podrían muy bien ser las de cualquiera
    de nosotros en este libro titulado “Recital de sensaciones”. Tres palabras
    que resumen un mundo. El mundo de los sentimientos. Un mundo personal e
    intransferible y, sin embargo, un mundo común.    He leído cada
    página varias veces, y no he podido evitar sentirme identificada  con sus frases.    Es un libro que
    apetece tenerse a mano y releerlo, de vez en cuando,  dejándose llevar de las propias
    sensaciones que de él fluyen.                                      Josefina
    Altés.         RECITAL
    DE SENSACIONES   (Publicada
    en diciembre 1995)  (Seuba
    Ediciones, Barcelona) En
    la colección El Juglar y la Luna              I     Suenan sonidos armoniosos. Mis
    manos escriben nerviosas sobre el papel blanco. Son
    sensaciones. Al
    son de hermosa melodía, pienso. Bebo
    del néctar de una compañía. Acaricio
    con mi vista sus delicadas formas. Me
    empapo de sus expresiones todas. Siento
    que la felicidad está conmigo. Por
    fin, he salido del desierto de mí mismo. He
    despertado las románticas sensaciones de mi lira. Aquí
    están las primeras notas de unos nuevos sones. Los
    gritos liberados de un espíritu dormido. Bulle
    mi imaginación de ideas. Quiere
    decir un sinfín de cosas. Hablar
    de destinos y de siglos, de caminos y sendas que se cruzan. De
    designios.     Aprieto mi cerebro con gran fuerza. La
    riada de ideas, convertirla en frases cortas. Alcanzar
    con sencillez un corazón inmenso, conquistar la mujer perfecta de mis sueños. La
    buscan mis ojos al son de su música, jugando
    con las notas caprichosas, mis ojos la siguen temerosos de perderla.     De romántica expresión sus ojos llenos, alzada
    hasta lo alto de las nubes, alargo mis manos queriendo retenerla. Rozan
    mis dedos su presencia. Late
    mi corazón con ritmo acelerado. Siento
    la brisa de su paso  y no se queda. Victima de un mal duende, te aleja de mi lado.              II     Me cobijo al amparo de sus ojos. Cambio
    mi vida por la suya. Abrazo
    con fuerza su cuerpo. Lo
    lleno de caricias, de
    besos, de
    alegrías, de tantas cosas que no hicimos. Nunca
    más volveremos a separarnos. No
    habrá insinceridades. No
    más mentiras. ¡Cuánto
    habrás sufrido en este paréntesis callado! Dejo
    mis intereses tontos, mis ideas soberbias. Sin
    ella, nada quiero.  No
    volveré a pisar aquellas casas. Iremos
    juntos a donde quiera: A
    pasear como cuando nos conocimos. A
    conocer lo romántico en sus templos. A
    beber de sus cristalinas aguas. A
    respirar los aromas de sus flores. Uniremos
    nuestras almas con el amor nuestro. Mezclaremos
    lo infinito con lo eterno. Nuestras
    vidas, transformadas en metafísica expresión de lo sublime.              III     Materialízate en mi mente cada instante. Susúrrame
    frases de alivio. Consuélame
    por tu pérdida. No
    quiero más noches negras al final del día. Ni
    más lechos fríos sin tu compañía. Añoro
    los momentos compartidos de ti misma. Los
    ratos en amigable charla. La
    felicidad perdida por tu ausencia.   El
    abismo de un presente nos distancia. Tú
    eres estrella mientras yo, todavía, tierra. Corre
    más deprisa tu destino. ¡Adiós
    compañera perdida! ¡Quizás
    haya otro presente que nos una!              IV     Vuelve el sonido de tu voz. Cascada
    de luz interna. Sonido
    de trompeta mensajera. Regálame
    con tu canto. Devuélveme
    tu dicha. Sumérgeme
    en lo profundo de tu encanto. Cuélgate
    de mi cuello como señal del cielo. ¡Háblame! ¡No
    calles! Por
    el silencio sellado de nuestras bocas.              V     No me digas la frase repetida a tantos
    hombres. No
    quiero oír tus falsos "te quiero". Ni
    que tus labios besados, me besen. Quiero
    lo que nunca diste. Lo
    que por sagrado recelo ocultaste. La
    llave de tu santuario. No
    me des palabras que el viento borra. Ni
    caricias pasajeras. Tu
    corazón lleno del "sagrado fuego". La
    sangre preciosa de tus venas.              VI     Es tu pureza cristalino vidrio. Tesoro
    repujado de esmeraldas. Orfebre
    expresión de la naturaleza. Obra
    cumbre de un Destino. No
    se atreven mis manos sucias a tocarte. Temen
    mis labios empañar tu brillo. Gózome con recibir tus deslumbres amorosos. Con
    escuchar el tic tac de tus latidos. Me
    basta la dicha de estar juntos, de ser el guardián de tu espíritu.              VII           Fuerza gigante: tu recuerdo. Aliento
    divino. Sostén
    de vida. Horizonte
    fijo y real que espera. Cauce
    de mi seguir humano. Línea
    de mis letras. Sendero
    largo y penoso que llega.              VIII     Cascada de notas saltarinas. Mágica
    armonía de sonidos. Ruido
    bullicioso de sonrisas. Lago
    tranquilo y en reposo. Aire
    mágico que habla. Manos
    de fuego que queman. Brisa
    húmeda y fresca. Palabra
    suave. Expresión
    inmensa. Eva
    adorada. ¡Mujer!              IX     Esta noche me desperté del sueño. Mis
    manos notaron tu ausencia. Una
    angustia larga, amordazó mi alma. Un
    llanto de estrellas la llenó de pena. Un
    vacío inmenso cubrió mi cama. Mis
    ojos miraron incrédulos, recorriendo
    los repliegues de su ropa y yo, prisionero en esa nada.              X     Tu voz llorosa me pedía que volviera. Un
    susurro continuo, me perseguía a donde iba. Por
    todas partes veía caras que se parecían a la tuya. En
    todos los rincones de las horas, momentos tuyos. Cuanto
    más me alejaba por perderte, más cerca te oía. Cegué
    mis sentidos en el fango de mil vicios. ¡Y
    tú... cada vez más cerca... más cerca! Estabas
    dentro de mí y no lo sabía. ¡Qué
    fuerza el amor aquel que nos unió un día! No
    hallé fórmula capaz de borrarte de mi vida. Por
    eso he vuelto.                 XI     Flotabas en el espacio de mis sueños. Cual
    brillante estrella, atraías mi atención. Solitario
    en el desierto de mi vida, me hacías compañía. Cuánto
    deseaba acariciar tu luminoso pelo. Cuánto,
    bañarme en tu mirada limpia. Cuánto,
    jugar contigo en el suelo; pero eras estrella y yo... tierra. Tú
    luminosa luz, yo tinieblas. Sonrisa
    alegre, tristeza muerta. Agua
    bulliciosa,  remanso quieto. Altura
    infinita, abismo eterno.               XII     Hermosa, ligera. Pompa,
    viento. Susurro
    divino, cielo. Aliento
    de oro, tesoro. Lágrima
    colgante, océano. Angustia,
    fuego. Caricia
    dulce, deseo. Llanto,
    consuelo. Formas,
    universo. Cripta
    escondida, cobijo. Estrella
    marina, brisa. Luz
    del cielo, lecho. Relámpago
    de amor, brillo intenso. Cruz
    en mi destino, camino.   ⁕⁕⁕⁕          
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